SANTO DOMINGO.- Félix Manuel Díaz Guzmán sigue siendo el mismo muchacho humilde brotado del vientre de La Javilla, un pequeño barrio capitalino de los tantos que se anegan con las primeras lluvias caídas; pero luego de ganar el oro olímpico en Beijing, China, muchas cosas han cambiado.
“Tengo mi moral muy alta porque sabía lo que quería y lo conseguí, ahora no estoy desesperado, lo peor de mi vida ya es pasado, sigo siendo igual, pero Dios, la patria, el señor Presidente, y el secretario de Deportes, me han premiado
lunes, 8 de septiembre de 2008
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