AMSTERDAM, AP.- En el futuro, probablemente se hable de la Gran Crisis de la Tortilla Mexicana como el momento en que el etanol comenzó a perder fuerza. Sea o no cierto, en ese momento se empezó a achacar a los biocombustibles el aumento en los precios de los alimentos.
El uso de maíz para hacer combustibles en lugar de harina, y el consiguiente aumento de los precios de la harina, pusieron a las tortillas fuera del alcance de los sectores más postergados de México.
Dos años después, se está buscando la forma de que el maíz vaya a parar a los estómagos de la gente y no a los tanques de gasolina. Los biocombustibles del futuro probablemente no deriven de alimentos, sino del césped que crece a los costados de las carreteras, así como de los tallos que quedan luego de las cosechas de los cereales, los basurales y los sobrantes de las comidas.
La pequeña empresa productora de biocombustibles de Carlo Bakker, World Mobile Plants, ha dejado de usar vegetales alimenticios. Dice que su diminuta refinería, montada sobre un camión, recorre Sudáfrica haciendo biocombustibles a partir de aceite de cocina descartado, semillas de girasol o una mata llamada jatropha, que crece en tierras baldías y requiere poca agua. Bakker dice que piensa usar en el futuro los desechos orgánicos de las viviendas.
La refinería móvil de Bakker puede producir más de un millón de litros (260.000 galones) por año, que vende a casi un dólar por litro, el mismo precio del diesel. “No competimos con la cadena de alimentos”, declaró Bakker durante una conferencia sobre biocombustibes en Amsterdam.
“Buscamos la oportunidad no sólo de ganar dinero sino de ayudar a la gente”. Numerosos gobiernos promovieron el uso de combustibles alternativos en los últimos años para aliviar la dependencia del petróleo importado. Pero ahora se está analizando más detenidamente el uso de productos alimenticios para hacer combustibles. Después de todo, los productores de biocombustibles también se vieron afectados por el aumento de los precios de los granos.
domingo, 23 de noviembre de 2008
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