martes, 10 de febrero de 2009

Sacude esa yerba!

HACE poco estaba hablando con un amiga, que me comentó sobre algo que vio a través de su ventana. Después de una tormenta de nieve muy fuerte, sobresaliendo en medio de la blancura de la nieve pudo ver que había una planta seca y un pajarito volando alrededor de ella. Repentinamente, el pájaro se detuvo, le dio la espalda a la planta y la golpeó con su colita hasta que algunas semillas cayeron sobre la nieve. Después, el ave se dio vuelta y comenzó a comer las semillas. Ambas nos maravillamos de lo que hizo esta pequeña criatura.


¿Quién proveyó para el ave, aún después de los estragos de la tormenta de nieve? Yo tengo la seguridad de que fue el Creador de las aves y mi Creador, quien ofrece alimento a todas las criaturas, como dice el salmista. El sustento es sólo una de las muchas evidencias del amor constante de Dios.


La experiencia con esa ave me recuerda que Dios también es mi proveedor. Dios me provee del aliento que necesito para vivir-para pensar, para trabajar, para comprender las cosas. Al ver cómo Dios obra para suplir mis necesidades, me maravillo de este amor eterno.

No hay comentarios: