viernes, 30 de enero de 2009

Cápsulas

Es una lástima que el historiador, intelectual y destacada figura pública como el doctor Euclides Gutiérrez Féliz se dedique a aupar con sofismas y tergiversiones, al delincuente internacional José Trujillo Monagas.

Tanto en su columna en este diario como en entrevistas por televisión, este senador del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina y ministro de presidente Francisco Alberto Caamaño Deñó lleva a cabo una campaña a favor de la imagen de tan funesto personaje.

José Trujillo Monagas fue el padre de José Trujillo Valdez, que a su vez fue el padre de Rafael Leónidas Trujillo Molina, el tirano que sojuzgó la República Dominicana por más de 3 décadas.

El tal José Trujillo Monagas era un esbirro que las tropas de ocupación del imperio español (1861-1865) utilizaban, como en otros casos, para vigilar, apresar, torturar y asesinar a combatientes restauradores.

Las autoridades del entonces ya decadente imperio de la Madre Patria, así como el traidor Pedro Santana y sus asesinos, llamaban a los luchadores del mismo 1861, del Grito de Capotillo de 1863 y de 1864 hasta llegar a la salida vergonzosa del 12 de julio de 1865 como “delincuentes comunes”. En el período 1916-1924 eran “gavilleros”.

Era una manera de desacreditar la lucha de la gloriosa Restauración de la República, de alejar sectores nacionales de los patriotas acusándolos de delincuentes y también una forma de justificar las horribles represiones. En esas acciones represivas, que iban desde la delación a la persecución, del apresamiento a la tortura y de las ergástulas al paredón se destacó el sicópata José Trujillo Monagas.

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