Bueno, primeramente en el NT se nos dice explicitamente que no llamemos a nadie padre (Mt. 23:9), y en realidad toda la jerarquía de las iglesias modernas carece de apoyo bíblico. Así que aunque la Biblia sí nos manda confesarnos los unos ante los otros (Santiago 5:16, entre otros), no es la confesión sistemática cada cuantos días de cada una de nuestras ofensas, sino que se nos está mandando a mantener abiertas las lineas de comunicación entre nuestros hermanos, no haciendonos los santos que nunca hacemos nada malos, sino siendo honestos los unos con los otros, y apoyandonos en nuestras debilidades.
La confesión es también un componente del arrepentimiento, que es algo importante para nuestra relación con Dios. No hay pasajes que apoyan la idea de que cada falta la debemos revelar en público, porque esto no le sirve a nada, pero sí debemos confesar nuestras faltas ante Dios, como reconocimiento que en realidad SON faltas, y pedirle a El el perdón.
domingo, 28 de diciembre de 2008
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