miércoles, 17 de diciembre de 2008

El reino de Dios y nosotros

Tal vez Ud. está pensando: "¿Por qué debemos orar que venga el reino de Dios si va a ser un reino israelita?" Aunque la capital va a estar en Jerusalén, será un reino mundial para todos los pueblos. Por esta razón, las buenas noticias del reino de Dios fueron predicadas a todos los pueblos, razas y lenguas. En el Nuevo Testamento aprendemos que Dios está llamando a todos a arrepentirse, creer y bautizarse en el nombre de Jesucristo. Tales personas llegan a ser el pueblo de Dios por la relación que tienen con Dios, no importando su raza, lengua o la nación de donde vengan: "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." (Gálatas 3:27, 28) En el Apocalipsis está el cántico que las personas redimidas de la naciones van a cantar a Cristo en el reino: "Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra." (Apocalipsis 5:9, 10) Entonces, podemos tener la esperanza de estar en el reino si nos acercamos a Dios por medio de Jesucristo y llegamos a ser su pueblo por medio de las aguas del bautismo. Por la misericordia de Dios podemos disfrutar del nuevo mundo que será renovado por Jesucristo. Si Dios quiere, veremos más detalles acerca de las bendiciones del reino de Dios en la próxima lección.

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